CoMadreando: Si quieres ser rica, debes ser como el Carlos Slim

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Ora qué comadre, te veo cara alegre, qué te sacaste la lotería o ya tienes otro nuevo frente.
Nada de eso comadre, a mi, con lo que me da mi Kique tengo, ya sabes que estoy bien satisfecha, no ando como Chepina, que se quejaba de que su viejo lo tenía chiquito y ahora que se volvió a casar y le salió mariguano, que lo tiene grande, pero le da cuando quiere y bien borracho, que dice que la regó, porque acá lo tendrá satisfactorio, pero allá de vez en cuando y solamente cuando le surte bien el refrigerador de chelas, que francamente se arrepiente.
Po’s que bueno, porque Dios la castigó por guzga.
Bueno pero eso no tiene mucha importancia, porque ahora voy a imitar a Carlos Slim, voy a ser como él.
Ahhh sí comadre, vas a aprender a ser rica como él.
Sí comadre, voy a hacer lo que dijeron al criticarlo por usar en lugar de un celular de veinte mil pesos y más, usa un tabicón, porque dice que solamente quiere ese aparato para recibir llamadas y hablar. Que para el resto hay otros aparatos y no se paga tanto.
Pues fíjate que si comadre, como Arturo Mercar, que siendo uno de los dueños de las fábricas de los relojes rolex, usaba uno de plástico que no pasaba de los cien pesos, que cuando le preguntaron que por qué era así, que contestó, que para ver y dar la hora, no se necesitaba marca de lujo, sino servicio como todo los relojes, que son para dar ltener simplemente servicio y además que cualquier celular por muy corrientito que fuera, traen reloj y exacto, hasta con luz para ver por la noche la hora.
Uhhh, ya vas a estar como el patrón, que anda en un carrito viejo marca Hatos, que dice que lo traslada a donde quiere y además de no gastar en mucha gasolina, donde quiera se estaciona.
Así dicen los ricos, que todo los lujos son para los que no saben gastar su dinero, que lo desperdician, porque hay aparatos que son baratos y dan el mismo servicio, que esos lo hacen los pobres, en querer demostrar que las pueden, cuando andan de drogas hasta el cuello y no tienen ni para comer. Bueno pero el patrón no era así no tiene, sino que ya se le acabó su tiempo, las viejas jóvenes lo acabaron y hoy nadamás falta que te pida para el café.

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