* El grito es un acto político, de subversión, de desmadre.
* El académico de la Ibero considera que la FMF debe investigar.
La controversia por saber si el grito de la afición mexicana es homofóbico o no, dependerá de la connotación que se le dé al uso de la palabra, es como lo explicó Samuel Martínez, sociólogo y académico del departamento de comunicación de la Ibero.
Para él, el grito es una expresión de desmadre, que quiere decir: “romper el orden, abrir una pausa carnavalesca donde se afloja, se relaja el orden, se subvierte y con ese jubilo fiestero en un lapso breve, pero intenso, la gente vive y goza con el simple hecho de utilizar una palabra que saben es una grosería, que es violenta, pero que en el contexto de la cultura popular mexicana quiere decir muchas cosas”.
Por ello, y ante la situación en la que la Federación Mexicana de Futbol decidió utilizar una campaña que pretende erradicar el grito de “Ehh… puto” de los estadios, el académico aseguró que antes de pretender prohibir algo, se debería asesorar e investigar, pues dicho grito en el futbol, está sirviendo como un desahogo para la gente que vive harta de un país donde hay otro tipo de problemas.
“Más que hacer una condena moral, se tiene que hacer un trabajo a largo plazo, pero de educación, y ahí viene el punto importante. La FMF, si quiere hacer algo: es educar a los aficionados al futbol y eso implica invertir dinero, recursos, inteligencia y talento, para educar al aficionado. ¿Qué quiere decir educar al aficionado? Quiere decir hacer un aficionado más inteligente, más sensible, mejor informado; si la Federación está dispuesta realmente contribuir al país y a la sociedad mexicana, debe de hacer una inversión de esos millones de dólares que recibe por la selección mexicana y dedicar un porcentaje a la educación”, expresó el sociólogo.
Y es que en el análisis que se pudiera hacer, la FMF se rige bajo un modelo económico-social, donde mira al aficionado como un consumidor, por lo que espera se mantenga así, pues explica el académico, que al manifestarse con el grito de puto, la afición pasa a ser un sujeto político.
“La expresión del grito ‘ehh… puto’ es un acto político, de subversión, de desmadre, de impugnación del orden y del poder, y eso lo está haciendo la gente, así que la única manera de erradicarlo, es a través de la educación. La educación y la cultura lleva mucho tiempo, eso lo sabe cualquiera que intenta hacer cambios, sabe que los cambios no se dan en el corto plazo, ni mediano plazo, se dan en el largo plazo y depende de la educación”, reiteró.
Para el sociólogo, lo mejor que podría hacer la FMF de futbol, es devolver un poco de lo que la afición ha invertido en los equipos, regalando libros, materiales didácticos que le sirvan a los niños que van a los estadios para irlos educando poco a poco como se hace en otros países.