La defensa del petróleo se dará modernizando PEMEX: Orihuela

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La defensa del petróleo se dará modernizando PEMEX: Orihuela

México.- La Reforma Energética que necesita México será la que permita el consenso, pero privilegie los requerimientos técnicos de la industria petrolera; la mejor de las reformas será aquella que nos conceda el privilegio de coincidir, cierto, pero sin detrimento de los alcances de las modificaciones al marco normativo del sector, señaló el senador José Ascención Orihuela Bárcenas.

En su intervención en tribuna con motivo del 75 aniversario de la Expropiación Petrolera, fue contundente al señalar que ningún priista está dispuesto a votar reformas para que PEMEX deje de pertenecer a los mexicanos.

La reforma energética, abundó, debe ser fruto del acuerdo, pero jamás debe dejar de ser instrumento para modernizar a PEMEX, y enfrentar el desafío de la soberanía energética.

Por el bien de este suelo compartido, de la nación entera, debemos repensar el debate sobre la Reforma Energética. Entender de una vez que somos más los que queremos la modernización del sector energético, que los que apuestan por el atraso de una actividad fundamental y estratégica para el desarrollo del país y de todos los mexicanos.

“Lo digo con toda claridad: la defensa del petróleo, la verdadera defensa del petróleo, se libra modernizando a PEMEX, se gana con ideas y contenidos, con planes de largo plazo, con mayor inversión, pensando en todo momento en la grandeza de México.

“Es cierto, en el Grupo Parlamentario del PRI, queremos más refinerías, mejores tarifas para los hogares, mayor inversión en la exploración y abatir la corrupción, pero no se logra con marchas y plantones que sólo dividen a los mexicanos y ponen en entredicho la viabilidad de la seguridad energética”.

El sector energético y la industria paraestatal, agregó Orihuela Bárcenas, tienen frente a sí retos que sólo se cumplen con una revolución incluyente, informada, participativa, propositiva y transparente que acabe con el usufructo de quien hace de los mitos un estilo de vida.

“Queremos una reforma energética que fortalezca la capacidad de gestión de Petróleos Mexicanos, que dote de un marco fiscal más flexible, que apueste a la innovación y al desarrollo tecnológico, y este a la altura de la transición energética. Queremos una reforma que privilegie la seguridad energética del país, que impulse fuentes renovables de energía de forma estratégica, y que vincule los recursos excedentes a rubros que inciden positivamente en la economía en el largo plazo, como educación, infraestructura e investigación científica”.

A nombre de la bancada del PRI, Orihuela Bárcenas agregó que modernizar el marco normativo para que Petróleos Mexicanos, la empresa que nos enorgullece y representa una tercera parte de los ingresos públicos, esté en condiciones de abastecer la demanda en el corto, mediano y largo plazo, y pueda crear valor en su cadena de producción. Pemex no puede tener objetivos del siglo XXI con infraestructura, estructura administrativa y marco fiscal del siglo XX.

Lo fundamental, indicó, es cambiar el paradigma político en el que los hidrocarburos son medida para cuantificar soberanía mientras se mantengan en el subsuelo. Nada más alejado del espíritu de la expropiación que conmemoramos, que pretender que el estatus quo sea el futuro de la industria petrolera nacional.

De esta manera, el senador michoacano aclaró que el estatus quo, el pensamiento inercial, la zona que alberga el anacronismo discursivo, son la amenaza más clara para el sector energético.

Que el petróleo sea propiedad de la nación, y sus veneros sigan contribuyendo a edificar el futuro de esa patria nuestra, son compromiso del Presidente, Enrique Peña Nieto. Una convicción en la que los priistas lo acompañamos, y que ha generado el consenso materializado en el Pacto por México, sentenció Orihuela Bárcenas.

De esta manera, el michoacano sentenció que la LXII Legislatura tiene el reto histórico de construir una reforma que incentive la inversión pública y privada en un marco de seguridad jurídica, mantenga la rectoría del Estado sobre la propiedad de los recursos, y garantice la viabilidad financiera y operativa de la industria petrolera nacional. De forma paralela, potenciar la inversión en energías renovables, promover la eficiencia energética y capital humano.

La mejor reforma es la posible, finalizó, la que parte del cruce entre las necesidades del sector, y las posibilidades de consenso. Debatir con argumentos, y no con dogmas, es el requisito indispensable para construir una reforma verdaderamente útil. Romper el status quo se justifica por la declinación en las reservas petrolíferas, la creciente importación de combustibles, y la incapacidad sistémica de aprovechar al máximo la riqueza energética de este país.

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