M. Sánchez Vargas. Después de que el Tribunal Electoral Federal ratificó la sentencia negativa a la petición de Guillermo Valencia a quien por cierto ya es merecedor de un reconocimiento por ser el mejor y único de estos tiempos en que todo lo que no le resulta a su favor, lo refuta legalmente, aunque las ha perdido todas; al parecer su conducta es ya clasificada como las cazadoras que quieren distingos, en este caso, como lo dudoso del que fuera Delegado y ahora el de elección particular, no constitucional, que finca la democracia que todo lo que surge para representar multitudes, debe de contener.
¡Ahhh! y también que lo que hoy comentamos, le resta al dicho de que estamos regresando a un presidencialismo absoluto, que hay inconformes aunque a la mayoría le parezca “aberracadas”, pero en el caso de mi partido el PRI, a la vista está que las simpatías y las conveniencias de esta lid de elección, es Víctor Silva Tejeda y bueno, ya la Rosalía Miranda, que tiene sus tablas, aunque pequeñas, pero suficientes para armar de nuevos ánimos a la fuerza femenil que tiene nuestro partido tricolor.
Asi es de que este sábado estaremos de fiesta los del PRI, porque sabemos con quién vamos a trabajar para que nuestro partido vuelva al poder, en las elecciones próximas de presidentes municipales, diputados locales, diputados federales, senadores y presidencial, sino si él mismo, por su trabajo pueda ser la garantía para que desde cualquier otra posición, sea el mejor candidato a gobernador de Michoacán, porque está claro que el PRI es el poseedor de la mayor experiencia para gobernar en paz y prosperidad.
El gran ejército con que seguramente se moverán las conciencias de que debemos volver a ser gobierno, se empezarán a notar tan pronto el nuevo líder empiece a instruir recorriendo distrito por distrito y pueblos en especial, donde estamos siendo apaleados y donde específicamente por la incomodidad con que se vive, internamente se protesta, no lo hacen porque quien tiene la obligación de oficializar lo que pasa, lo esconde. De ahí que la inconformidad trascendida por Memo Valencia, es buena, aunque no agradable. Igual a lo que pasa con lo que se publica, que viendo el sangral que escurre por pueblos y ciudades, los que informan dicen que vamos bien.
