CoMadreando

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De qué atole me hablas comadre, porque el que a mi me gusta por lo diabética que soy, es el blanco y poquito.

Pues de los atoles que a cada rato nos comunica para que nos calmemos de nuestros lamentos de estar como estamos.

¡Ahhh! lo de que estamos satisfechas en la actualidad…

Si, de eso, porque sus datos son puras mamadas, po’s cómo es eso que de diez, tanto mujeres como hombres, más del ocho por ciento ahí la lleva, por no “empadronarse más” de que estamos satisfechos.

No comadre, po’s eso quién se lo va a creer, a menos que sus datos los haya recogido en medios de opulencia o de gente que tiene empleo o trabajo, porque si va a las zonas marginadas, nadie está conforme, ahí las mentadas no solamente son para que gobiernan, sino para los que tienen y no invierten su capital en algún negocio para que cuando menos ocupe jóvenes que a esa edad no exigen tanto el seguro e Infonavit.

Mira comadre, la situación se refleja en el enfado popular, que manifestaciones o fiesterillas las hacen con coraje, con la cara arrugada, escupiendo, mentando madres, queriendo ahorcar a todo aquel que pasa en buenos carros o a pie bien vestidos.

Entonces comadre, de a de veras el INEGI no promedia bien o aparte de atolero la hace de consolador.

Bueno, cuando le conviene o recibe superiores órdenes, pero si nos atuviéramos a sus resultados, ya nos hubiera pasado lo que al español rico que quedándose pobre, pensó que era mejor cometer un delito para que lo metieran al bote, porque tenía vestido limpio, comida, casa y hasta calefacción, que robó un banco y con pistola en mano se presentó con todo y botín a la cárcel para que lo metieran y cual va siendo su sorpresa que con el juez que lo llevaron, le dijo que el estado ya no podía mantener a tantos que estaban haciendo lo mismo, que lo dejó libre.

Entonces comadre, cuanto calculas que hay de conformidad y de felicidad.

Mira comadre, para no equivocarme, yo creo que solamente los ricos ahí la llevan y son un dos por ciento.

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