La empresaria, los esposos del colegio particular y las empresas que deciden irse

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MSV.- Ni aún estando acostumbrados ya a conocer diariamente noticias lamentables de pérdidas de vida, no dejamos de escalofriar nuestra existencia, porque la vida es la vida, que solamente una oportunidad se tiene. El asesinato de la empresaria de la Col. Chapultepec dentro de su propio negocio, el acribillamiento de los esposos que tenían un colegio de enseñanza particular y lo de las empresas que se van hacia otra entidad donde hay garantías para el mejor desarrollo de sus actividades, son señales que las denuncias anónimas están contaminadas, es decir, que ya no se investigan como en algún tiempo sirvieron para detener esos escalofriantes sucesos.

Y es que si no es por un lado, es por otro, que ocasionan ya que familias enteras estén saliendo a estampida vista, porque dejan sus bienes a la deriva, en función de que su seguridad está primero.

Danone y Saba, ésta, negociación en distribución de medicamentos se fueron a Querétaro y Jalisco, donde dicen que sus similares no han registrado trastorno alguno por grupos que quieren rentas o que en carreteras les exijan cuota o les quitan parte de sus mercancías.

Hay algo muy interesante que se dio a conocer conforme se dio la noticia de que la Danone si iba, porque a lo mejor por su ausencia, nacía la oportunidad de que esa producción volviera a ser casera.

Las bolitas de tamarindo cubierta de azúcar seca ni las roscas elaboradas con cáscara de naranja, han podido ser objeto de una producción industrial, por eso es que mucha gente todavía las produce y las lleva a vender a pueblos y entidades vecinas con mucho éxito, la prueba es que en los tendajones que todavía existen, va mucha gente a comprar esos dos productos exclusivamente, aunque los mismos propietarios de changarros, por la falta de demanda, dejaron de elaborar las jiricayas que tan sólomente en Zamora se llegaban a surtir hasta cien mil de ellas diariamente, por el sabor casero que es muy diferente al sabor porque su cocción era en horno de barro hecho a mano y en lugar de gas, cocían con el fuego de leña que hace la diferencia del sabor.

Había pues cientos y miles de tendajones que además de las golosinas mencionadas, hacían diariamente empanadas de diferentes contenidos, al grado que algunas eran hasta de carne rojas y blancas como las de pollo y mariscos.

Lamentable pues lo que sigue pasando y temor también de que por la difusión que de esto se hace, lo manden a uno a silenciar, ya viendo que al parecer matar periodistas, es una advertencia de que hay que ver, oír, pero callar; encuadrado en que con organizaciones de esa naturaleza no hay que meterse, porque esos sin ninguna averiguación primero matan, que les es más fácil que investigar el motivo de su propósito de tomar este riesgo.

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