El Peje, Andrés Manuel López Obrador, Ex candidato a Presidente por la coalición Movimiento Progresista, posterior al fallo emitido por el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación, nos enseña que es un mal perdedor, pues ora como no se le cumplio el gustito convoca a la des obediencia civil y pregona, que no puede aceptar el fallo del Tribunal Electoral que ha declarado válida la elección presidencial.
“Chance puege tuviera razón Las elecciones no fueron, ni limpias ni libres ni auténticas, sin embargo esto no lo pudo probar, de tal suerte que si no pudo no merece swer presidente, aunque alegue “no voy a reconocer un poder ilegítimo surgido de la compra del voto y de otras violaciones graves a la Constitución y a las Leyes”. Actuar de otra manera implicaría traicionar a millones de mexicanos que luchan contra la simulación, la farsa, y a favor de un cambio verdadero.
Es cierto que debemos respetar a las instituciones, pero en buena medida, el problema de México radica en que las instituciones están secuestradas por la delincuencia de cuello blanco. Y un Estado que no procura la justicia ni la democracia, no es más que un instrumento de poder al servicio de un grupo de intereses creados. Ya sabemos que a los sostenedores de este Estado mafioso (traficantes de influencia, políticos corruptos, dueños y voceros de los llamados medios de comunicación y a otros integrantes del régimen) no les parecerá nuestra postura.
Ellos quisieran que aceptáramos el fraude electoral y que rápido entráramos en el juego de las negociaciones políticas que, en las actuales circunstancias, solo pueden significar arreglos cupulares o componendas en contra del bienestar del pueblo y de la nación. Ojalá se entienda que así como ellos defienden por todos los medios al régimen de corrupción, nosotros estamos sinceramente empeñados en abolirlo. Y, como es lógico, en este propósito no daremos ninguna tregua ni concederemos la más mínima ventaja.
Por eso, aunque nos sigan atacando, acusándonos de malos perdedores, de locos, mesiánicos, necios, enfermos de poder y otras lindezas, preferimos esos insultos a convalidar o formar parte de un régimen injusto, corrupto y de complicidades que está destruyendo a México.
La desobediencia civil es un honroso deber cuando se aplica contra los ladrones de la esperanza y de la felicidad del pueblo. Convoco a todos los partidarios de la democracia y de nuestro movimiento a que nos congreguemos en el Zócalo de la ciudad de México, el domingo 9 de septiembre, a las 11 de la mañana. Ahí definiremos lo que sigue Adelanto que continuaremos defendiendo los derechos individuales y sociales de todos los ciudadanos, usando, para ello, nuestra autoridad política y moral.