Pasen o no el examen de Evaluación Docente, el profesor de todos modos no se queda sin trabajo, después de aprovechar las tres oportunidades de examen que se les da y ya solamente en caso de que sean tan burros, irán a la administración educativa, que al fin de cuentas está más papita. Un solo lugar, un mimo horario y con las mismas oportunidades de superarse. Y nada de que se les va a acabar el mundo si no aprueban, no eso no es cierto, nos confirmaron; lo que pasa es que la masa sindical, el montón pues, babea al líder y es éste el que los hace como quiera para mantenerlos bajo se mando porque siempre, siempre, están trabajando por sus derechos.
Agustín Álvarez Tapia nos dijo, que él pasó el examen en el Distrito Federal, pero por lo que a cada rato, por haberlo hecho, de que no lo mandan a Yurécuaro, lo mandan a Susupuato y es cada semana o mes, que ya no le alcanza lo que gana para sus gastos y en cambio el empleo de lo administrativo, es fijo y en esa área ya las promociones que le prometa hacer el sindicato, las toman como pura burla.
Por lo pronto la Suprema Corte de Justicia de la Nación, rechazó los amparos que centistas le habían presentado y como consecuencia al tratarse de lo mismo los miles y miles que después se adjuntaron, tendrán el mismo destino: los integrantes del Tribunal Superior de la Nación, dejó en claro que la ley no afectaba los derechos laborales de los trabajadores de la educación y más con las aclaraciones que ya quedaron anotadas en la parte superior de esta buena información.
